martes, 1 de noviembre de 2011

LAS COSAS YA NO SERÁN COMO ANTES

Cada día me siento mas obligado a salirme de la temática habitual de este blog, para publicar algunas reflexiones personales sobre la situación general.
Hace unos meses un Ministro del Gobierno dijo en un contexto más amplio y en relación con la crisis, algo así como que “a partir de ahora las cosas no volverán a ser como antes", creo que es en lo único que estoy de acuerdo de todo lo que hasta ahora le he podido oír a ese político. Es verdad que si superamos esta crisis, muchas cosas y no solo la economía ya no serán como antes. No volverá el boom inmobiliario, no volverá a cotizarse el suelo rústico como si fuera primera línea de playa, la construcción no será el motor de la industria, pero tampoco dispondremos de agua para despilfarrar, el coste de la energía como la concebimos ahora será mucho más alta, los alimentos se encarecerán y habrá menor disponibilidad, y muchos otros cambios trascendentales. A pesar de esto, ello no significa ni mucho menos que este Gobierno haya tomado o propuesto ningún tipo de medidas para enfocar ese cambio tan trascendente como real.
En un país como el nuestro, -el de todos- en el que “¡todos tenemos derecho a una vivienda, o a un trabajo, o una pensión, o a una sanidad y una educación gratuitas etc.!”, aunque no hayamos cotizado en la vida ni pagado un duro de impuestos, porque estamos tradicionalmente muy acostumbrados a pretender que papaíto Estado -léase administración pública en general- nos de la solución de los problemas y nos indique por decreto que hacer en cada caso, es muy peligroso dejar solo en manos de los políticos, y hablo de estos en general y no solo de los del gobierno, las iniciativas para afrontar el gran cambio económico y social en el que estamos inmersos, porque sinceramente pienso que no solo no tienen ni idea, sino que tampoco tienen interés. La salida a esta crisis que no es solo algo coyuntural, sino la caída de un sistema, tiene que venir del convencimiento de que estar en el siglo XXI no es solamente una cuestión de fechas, y por tanto que las ideas y los métodos de otros siglos no valen ya para este. Y que si un gobierno quisiera de verdad que sobrevivamos –no ya que superemos- a la situación actual, debería empezar por dar a conocer a los ciudadanos de a pie, los distintos caminos que señalan al futuro y que merced a su posición privilegiada debe conocer, para que estos puedan tomar sus propias iniciativas. Y el primer paso para eso es decir la verdad, pero la verdad con mayúsculas, no solo no mentir, sino informar de lo que no sabemos, para que cada uno busque su propia salida, que no haga falta que el peso de la bota de la “crisis” obligue a actuar a la desesperada sin saber exactamente que es lo que se nos viene encima, que no importe que se haga pública información que pueda provocar “pánico en los mercados” etc. Lo peor de esta crisis es la pasividad de la mayoría, arrinconados a la espera de que pase la borrasca, porque nadie les ha dicho en serio que en el próximo futuro, las cosas ya no serán como antes.

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